Conocíamos de
antemano las cualidades del rival, pudimos presenciarlo en la anterior jornada
en territorio quinteño. Primera parte que arrancó con buenas intenciones por
parte de ambos equipos, las llegadas se acometían en ambas áreas con cierta
rapidez y dinamismo. Dominio alterno en muchas fases del encuentro, mostrando
la igualdad y el juego de tú a tú patente entre estos conjuntos. En una de las
varias ocasiones generadas hasta entonces, pondríamos el primer gol a nuestro
favor en un disparo potente desde la frontal del área, en el que poco
pudo hacer el gran portero del Atlético Antoniano. De nada valía relajarse, la
concentración y la entrega jugada a jugada de los futbolistas era total. Pero
la balanza de la fortuna no estuvo a nuestro lado una vez más, gol en propia
puerta que ponía más emoción aún al partido, ojo al dato que ya van varios
goles encajados de esta manera en las once jornadas disputadas, pero esto es
fútbol, no existe tiempo para lamentaciones. Tocaba sobreponerse, hubo nuevas
oportunidades de ponernos por delante, algunas de ellas muy claras, pero bien
por mérito rival, o por desacierto propio, no se lograron materializar con
mayor eficacia. Dio tiempo para más, rozando el descanso, en una internada por
banda derecha en un (centro - despeje) desde el lateral de la banda entraría
directo hacia la portería sin poder hacer nada nuestro guardameta. Gol
psicológico, que no debía amedrentarnos con vistas al segundo periodo. Nos
iríamos al descanso con resultado de 2.1 en contra.
Y es aquí donde el equipo tuvo que hacer frente a la situación,
era hora de relanzar la aptitud y coraje que habían desaparecido en las últimas
jornadas. El equipo tiró de tesón y de sacrificio. Confiábamos en nuestras
posibilidades. Con la aplicación de estas consignas se lograría revertir el
resultado con el 2.3. En estos momentos el equipo pedía y quería más, pero no
nos olvidemos el buen hacer y oficio del equipo contrario, que merced de
su insistencia lograría poner en tablas nuevamente el resultado. Las oportunidades
venían en dos direcciones sin tiempo a ningún tipo de organización, el choque
estaba abierto y podía pasar cualquier cosa, se pudo ganar y se pudo perder en
un instante. El partido quiso ser justo con ambos y el árbitro daría fin al
partido que cerraría la jornada con 3.3.
Sacamos un punto que pudo ser más, el campo del Atlético
Antoniano es un feudo difícil del que aún nadie ha podido conocer la victoria.
Felicidades a los jugadores y cuerpo técnico rival por la labor que están
llevando a cabo.
Por nuestra parte, salgo del terreno de juego con la
satisfacción de saber que todos los jugadores dieron lo que estaba en sus manos
por conseguir un resultado positivo. Con humildad y sin darse por perdido,
obtuvieron resultado. Grande el sobreesfuerzo que realizaron durante los 60
minutos. Tenemos que seguir en esta dinámica positiva y exigirnos más día tras
día. Nada te da más
fuerza que un objetivo inspirador por el que luches. Marca tus metas y a por
ellas. Sin trabajo, no hay resultado.
Imagen ante el CD. Los Caminantes
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